La obra de Jesús de Miguel propone un viaje a su particular universo. La expresividad de sus trazos y colores nos deja entrever siempre algo más allá de la impresión inicial, un mundo vibrante y luminoso que persuade y seduce al espectador
La obra de Jesús de Miguel propone un viaje a su particular universo. La expresividad de sus trazos y colores nos deja entrever siempre algo más allá de la impresión inicial, un mundo vibrante y luminoso que persuade y seduce al espectador. A través de su obra, en la que no teme abordar los grandes formatos, el artista bebé de dispares referencias dando vida a un lenguaje absolutamente personal.